Como se sabe, la eficiencia es la capacidad que se tiene para lograr los objetivos trazados o metas utilizando la menor cantidad de recursos. Bajo esta premisa, al ser escasos los recursos económicos destinados a la salud, los sistemas de salud deben producir bienes y servicios que requieren sus poblaciones maximizando la eficiencia.
Para lograr este objetivo, se debe organizar eficientemente la producción de estos bienes y servicios teniendo en cuenta una dimensión macroeconómica y otra, microeconómica.
La dimensión macroeconómica contempla la existencia de distintos niveles de complejidad tecnológica y su interacción para producir las acciones de salud requeridas al mínimo costo mientras que, la dimensión microeconómica comprende los aspectos que determinan la eficiencia productiva y su incidencia en la producción al mínimo costo por parte de las unidades productivas consideradas individualmente.
La dimensión macroeconómica necesita de la existencia de un buen sistema de integralidad de la atención de salud que implica la presencia de un diseño encaminado a la resolución de la morbilidad por todas las instancias de complejidad que sean requeridas al mínimo costo, por lo tanto, la dimensión macroeconómica de la organización para la producción eficiente de servicios de salud debe tener una integración vertical que conste de: niveles de atención por complejidad de la morbilidad, una interconexión funcional y administrativa, un sistema de referencias y contrarreferencias y un mecanismos de coordinación y registros únicos.
La eficiencia de la producción a nivel microeconómico se relaciona con la producción en cada unidad productiva (centros médicos, postas de salud, hospitales de diversos niveles de complejidad, etc.), que finalmente redundará en la eficiencia total de sistema de salud.
Ante lo expresado, qué es más eficiente para un sistema de salud: ¿construir hospitales de alta complejidad o potenciar la atención primaria de la salud construyendo puestos sanitarios, postas médicas u hospitales de baja complejidad pero con todos los recursos necesarios para brindar servicios con buena calidad y con un buen sistema de referencias y contrarreferencias?, ¿qué todos los hospitales de alta complejidad tengan un resonador o un tomógrafo o tener un centro de resonadores y tomógrafos que funcionen las 24 horas del día con un buen sistema de transporte de ambulancias y alta coordinación de estos hospitales con el centro de radiodiagnóstico? Así como estas preguntas, los gestores de salud deberían hacérselas todos los días para hacer eficiente al sistema de salud.
Mayor información: www.econosaludpediatrica.com